El estrés es inevitable y juega un papel importante en su vida. Un poco de estrés puede ser beneficioso, motivándolo a lograr sus objetivos y completar las tareas necesarias. Pero el estrés en exceso puede dejarle un sensación de agobio, o incluso enfermarlo. Esto se debe a que los efectos negativos del estrés en la función inmunológica son significativos.
Piense en su vida. Sentirse bien y estar estresado no es algo que generalmente se dé al mismo tiempo, ¿verdad? Esto se debe a que el estrés presente en su cuerpo y su mente puede debilitar su sistema inmunológico. ¿Por qué ocurre esto? Su cuerpo está trabajando a su más alta capacidad para que usted pueda rendir al máximo y enfrentar sus factores estresantes, lo que significa que la fortaleza de su inmunidad puede verse afectada.
Aunque esta respuesta a la pregunta es muy básica, al menos es un buen comienzo para iniciar una conversación más profunda sobre cómo el estrés afecta la función inmunológica. Primero, usted debe conocer la forma en que su cuerpo responde a factores estresantes para que pueda ver cómo el estrés y la inmunidad están conectados. Luego aprenderá maneras de mejorar su reacción al estrés que le ayudarán a cuidar de su salud durante momentos difíciles.
El lenguaje del estrés
Aprender algunos de los términos que se usan en referencia al estrés le ayudará a comprender mejor las respuestas naturales de su cuerpo. Aquí están los conceptos básicos:
- Factor estresante: Cualquier estímulo que cause estrés. Hay dos tipos de factores estresantes: físicos y psicológicos. Los factores estresantes físicos le causan estrés al cuerpo. Los factores estresantes psicológicos afectan la mente.
- Hipotálamo: Un importante centro de mando en el cerebro. Esta región es aproximadamente del tamaño de un centavo y se encuentra en el centro del cerebro. Controla la actividad de la glándula pituitaria y regula el hambre, la sed, el sueño, el cuerpo, la temperatura y muchas emociones.
- Glándula pituitaria: La glándula maestra responsable de liberar la mayoría de las hormonas en su cuerpo.
- Glándulas suprarrenales: Glándulas triangulares justo arriba de los riñones las cuales son responsables de liberar cortisol.
- Cortisol: La hormona primaria presente en la sangre en respuesta al estrés.
Cómo su cuerpo maneja el estrés
Su cuerpo tiene un protocolo de respuesta integrado que entra en acción cada vez que experimenta estrés. Comienza cuando un factor estresante ejerce presión sobre su mente o su cuerpo.
La parte del cerebro que reconoce su estado de estrés se llama hipotálamo. Tan pronto como el hipotálamo reconoce un factor estresante, este envía un mensaje a través de las neuronas a una región vecina del cerebro llamada glándula pituitaria. Esta glándula registra las señales del hipotálamo y les dice a las glándulas suprarrenales (ubicadas sobre sus riñones) que aumenten la cantidad de hormonas del estrés que circulan en la sangre.
Esos son los conceptos básicos de la respuesta natural al estrés de su cuerpo. Para entenderlo más y conectar los puntos entre el estrés y la función inmunológica, exploremos la hormona principal del estrés: el cortisol.
Esta importante hormona genera una oleada de energía durante los períodos de estrés. Pero los efectos del cortisol son temporales. Una vez que el estrés desaparece, también desaparece el apoyo energético.
Otra forma en la que el cortisol ayuda a su cuerpo a manejar el estrés es pausando cualquier operación en el cuerpo que no sea esencial. Desafortunadamente, el cortisol causa que algunas de sus funciones inmunológicas dejen de funcionar en un esfuerzo por conservar energía mientras está bajo estrés. Sin embargo, esta acción también hace que estos períodos estresantes sean el momento perfecto para que los gérmenes se asienten.
Aprenda cómo el estrés afecta su función inmunológica
El cortisol funciona temporalmente cuando el factor estresante que experimenta es de corta duración, como cuando llega tarde a una cita o compite en un triatlón. Eso hace que el impacto en su inmunidad sea mínimo. Pero cuando el estrés dura más días o semanas, el aumento de los niveles de cortisol puede comenzar a tener más efectos negativos.
Los altos niveles de cortisol suprimen el sistema inmunológico ya que disminuyen la producción de glóbulos blancos. Sin glóbulos blancos en la búsqueda de gérmenes, su respuesta inmunológica a una infección es mucho más lenta. Por lo tanto, los niveles elevados de cortisol por periodos largos pueden dejarlo susceptible a enfermedades a las que de otro modo no sucumbiría. Por eso es muy común que le dé un resfriado después de un período de mucho estrés.
Los estudiantes universitarios, cuando se están preparando para los exámenes finales, son un buen ejemplo. Muchos estudiantes notan que desarrollan un resfriado días después de finalizar el semestre. Pero, ¿por qué?
El factor estresante (exámenes finales) inicia la respuesta de su cuerpo al estrés. Los niveles de cortisol aumentan y permanecen elevados por un período más largo mientras estudian, incluso durante unas cuantas semanas. Durante este periodo de estrés, el sistema inmunológico permanece suprimido para que el cerebro pueda aprovechar la mayor cantidad de energía disponible para enfrentar el estrés manifestado en la forma de exámenes finales.
Funcionar a esta baja capacidad proporciona a los gérmenes una puerta de entrada para infectar el tejido sano y provocar enfermedades como el resfriado común. Y los síntomas, que en parte se sienten como parte de su respuesta inmunológica, aparecen una vez que han pasado esas pruebas estresantes.
Los exámenes de la universidad no son el único tipo de estrés de largo plazo, por supuesto. Usted puede notar un patrón similar en su propia vida. Mudarse a una nueva ciudad, tener un bebé, cambiar de trabajo y otros desafíos de la vida son factores estresantes de largo plazo muy comunes. Y dado que cualquier estrés prolongado eleva los niveles de cortisol y suprime la inmunidad, los gérmenes pueden explotar su debilitado sistema inmunológico en estos momentos de intensa presión.
Elimine el estrés por el bien de su inmunidad
Aprender a controlar el estrés en su vida puede ayudar a mantener bajos los niveles de cortisol y proteger su sistema inmunológico. Hay muchas actividades que puede probar para eliminar el estrés las cuales también son beneficiosas para su salud en general.
La meditación es una de las estrategias de manejo del estrés más efectivas. Solo unos minutos de meditación concentrada diaria pueden reducir significativamente los niveles de cortisol en la sangre y ayudarlo a sentirse tranquilo y sereno. Esta práctica también puede ayudarle a mantener su inmunidad.
En un estudio, los investigadores encontraron que las personas que meditaban todos los días desarrollaron más anticuerpos contra el virus de la gripe que aquellos que no lo hicieron. Por lo tanto, dedique unos minutos todos los días a desconectarse de este ajetreado mundo y especialmente recurra a la meditación cuando se sienta estresado.
El ejercicio es otra manera comprobada de aliviar el estrés. Usted ya conoce muchos de los beneficios de la actividad física diaria y ahora puede agregar manejo del estrés a la lista de beneficios.
Si ninguno de estos cambios de estilo de vida funciona, su siguiente paso debe ser una conversación con un especialista en salud mental. Hablar con un terapeuta o trabajador social como parte de una terapia puede ayudarlo a enfrentar los factores estresantes presentes en su vida y encontrar métodos efectivos para controlarlos.
No importa cuál técnica elija para manejar el estrés, es hora de equiparse de una mejor manera para proteger su cuerpo y su salud inmunológica de los efectos del estrés.