Un estudio ha asociado una dieta rica en frutos secos durante el primer trimestre de embarazo con una mejor función cognitiva, capacidad de atención y memoria de trabajo a largo plazo en los futuros hijos.
La investigación se realizó en España con 2.208 parejas madre e hijo inscritas en cohortes de Asturias, Guipúzcoa, Sabadell y Valencia.
Los resultados mostraron que los hijos pertenecientes al grupo con un mayor consumo materno de frutos secos durante el primer trimestre de embarazo obtuvieron mejores resultados en todos los exámenes practicados para medir función cognitiva, capacidad de atención y memoria de trabajo. Los frutos que se tuvieron en cuenta fueron nueces, almendras, cacahuetes, piñones y avellanas.
Los autores creen que los efectos beneficiosos hallados podrían deberse a su alto contenido en ácido fólico y, sobre todo, en ácidos grasos esenciales, como omega-3. Estos componentes tienden a acumularse en los tejidos nerviosos, principalmente en las áreas frontales del cerebro, que influyen en la memoria y en las funciones ejecutivas.
La investigación también analizó la ingesta de frutos secos durante el tercer trimestre del embarazo, aunque en este caso no se observaron asociaciones con el desarrollo neuropsicológico o las asociaciones halladas fueron más débiles.