Defraudando a Hipócrates “Primero no hacer daño”

No todos los síntomas que parecen enfermedades son malos, lo mencionó el mismo padre de la medicina hace muchos cientos de años en el “Corpus hipocraticum” donde nos dice que ciertas reacciones en el cuerpo son parte de la curación de  una enfermedad, desde la diarrea, vómito, sudor, orina y fiebre.

Todas estas son reacciones naturales del cuerpo en un intento desesperado de expulsar todas aquellas impurezas que puedan estar afectando el frágil equilibrio que se encuentra en el cuerpo humano.

El cuerpo cuenta con mecanismos naturales que defiende y regenera los tejidos, limitando la enfermedad, que van desde células de defensa como los glóbulos blancos hasta mecanismos inespecíficos como la fiebre. Hipócrates menciona que la fiebre lo cura todo, claro que  con otras palabras y casi por nada lo dijo, ya que la única forma en que se activa el sistema inmunológico en nuestro cuerpo es a través de la fiebre “por algo la tenemos”, lo más triste de todo es que los médicos hemos satanizado tanto la fiebre que en el momento que aparece como si fuera un espanto perverso e inmediatamente se quiere acabar con ella con cualquier medicamento, frenando la respuesta normal de auto curación.

Otro error que cometemos en general es el de hacer que las personas enfermas coman lo mismo y en algunas ocasiones hasta de más pensando que las personas bajan de peso durante un proceso por la falta de alimento, siendo que lo que mayormente se pierde son líquidos y tóxicos, por eso es que el padre de la medicina Hipócrates recomendaba:

“Preconizó la utilización del ayuno, el pan integral y las frutas y hortalizas crudas y aconsejó que en cuestiones de alimentación se atendiese al instinto del enfermo. En lo fuerte de la enfermedad, conviene la alimentación muy débil o la supresión absoluta de todo alimento (ayuno).

 Cuando la enfermedad no es muy importante y evoluciona en sentido favorable, el médico no ha de emplear muchos remedios; es mejor que actúe la inteligencia innata de las células, llevando a una curación a través del ciclo natural de la enfermedad. Dicha fuerza se conoció después en versión latina como “vis medicatrix naturae”.  Hipócrates se refería con esto a lo que se conoce como “Crisis Curativa” que es la auto curación del cuerpo.  Por eso cuando se prescriben medicamentos muchas veces innecesarios estamos frenando ese don divino que tiene cada organismo viviente de la auto sanación, faltando a una de las más importantes reglas que marca el juramento hipocrático “Primun Non nocere” (Ante todo NO perjudicar).

 

Con esto no intento decir que la medicina ortodoxa o clásica este en un error al utilizar medicamentos supresores o  estimulantes, lo que intento plasmar es que en muchas ocasiones se abusa de sustancias que el cuerpo no necesita a menos que la misma enfermedad sea más fuerte que la velocidad y fuerza de respuesta del propio cuerpo tratando de evitar el colapso de los mecanismos de auto regulación ya que culminaría en una complicación muchas veces letal para el individuo. Algo importante y que es uno de los principales motivos del por que abusamos de los medicamentos, es por  la misma insistencia de los pacientes que se sienten estafados si acuden con su medico y éste no les hace mas que solo una muy sincera y certera recomendación de manejar medidas generales sin tener que necesariamente medicar al enfermo, esta insistencia es lo que lleva muchas veces al abuso de fármacos, no sucediendo lo mismo con remedios herbolarios u homeopáticos, ya que éstos medicamentos y remedios modulan las funciones de respuesta sin suprimir por completo los mecanismos de defensa, como inflamación, fiebre, etc. Por eso atinadamente la cultura antigua y los hábitos heredados a lo que primeramente acuden algunas personas  ante una enfermedad es a los remedios naturales, el único inconveniente es que en algunas ocasiones dejan evolucionar demasiado una enfermedad, complicándose, por eso aun que se este tomando algún remedio natural es necesario estar siempre bajo supervisión medica, solo… “por si las moscas”…

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